| Resumen: |
La pandemia de COVID-19 devastó los sistemas educativos de todo el mundo en 2020, haciendo que el año fuera excepcionalmente difícil para las niñas, niños y adolescentes que ya estaban más rezagados debido a los conflictos armados, las catástrofes de origen climático o los desplazamientos forzados. La pandemia actuó como un multiplicador de riesgos, ya que no solo creó nuevas dificultades, sino que aumentó los riesgos existentes para los grupos más vulnerables, en particular las niñas, niños y adolescentes con discapacidad. La UNESCO estimó
que, en todo el mundo, 1.500 millones de estudiantes, desde el nivel preescolar hasta el nivel de secundaria superior, experimentaron algún tipo de interrupción del aprendizaje como consecuencia del cierre de escuelas a principios de
2020. Esta pérdida de aprendizaje no hará más que agravar la tasa previa a la pandemia de pobreza de aprendizaje, que afecta al 53% de las niñas y niños
de los países de ingresos bajos y medianos que a los 10 años no podían leer o comprender un texto sencillo. |
