Autor institucional : | OIT |
Autor/Autores: | OIT |
Fecha de publicación: | Enero 2020 |
Alcance geográfico: | Mundial |
Publicado en: | Suiza |
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Resumen: | Ante los enormes desafíos que se plantean en el mundo del trabajo, incluidas las desigualdades y la exclusión persistentes, nunca había sido más vital que ahora configurar un panorama claro de las tendencias sociales y de empleo a escala mundial. Para hacer frente a los problemas y las dificultades con que tropiezan las políticas es preciso llevar a cabo una reflexión crítica sobre la idoneidad de nuestros métodos y conceptos, e introducir innovaciones cuando sean necesarias. Debemos preguntarnos, por ejemplo, si la tasa de desempleo es la medida más fiable del mal funcionamiento del mercado laboral. Tenemos que entender si las personas en edad de trabajar pueden o no desarrollar todo su potencial en el trabajo. La medición también se vuelve crucial para evaluar la creciente percepción de que los mercados laborales no están distribuyendo adecuadamente los frutos del crecimiento económico. Si bien las pruebas demuestran que los países no están experimentando una convergencia al alza de las oportunidades de empleo y los aumentos de ingresos, necesitamos comprender con mayor precisión qué grupos de trabajadores están ganando y cuáles están perdiendo. Las respuestas convincentes a estas preguntas pueden contribuir directamente al diseño de políticas económicas y sociales que posibiliten un desarrollo sostenible e inclusivo. Este informe pretende estar a la altura de este desafío ofreciendo pruebas y perspectivas novedosas que mejoren nuestra comprensión del funcionamiento del mercado laboral en todo el mundo, así como presentando los datos más recientes que caracterizan las dificultades por las que atraviesa el mercado laboral persistentemente. Presenta cuatro mensajes fundamentales: En primer lugar, es muy probable que la disminución del crecimiento económico proyectado y la falta de inclusión perjudiquen la capacidad de los países de menores ingresos para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de trabajo. En segundo lugar, una medición más completa de la subutilización de las personas en edad de trabajar revela importantes lagunas en el acceso al trabajo; la tasa de «subutilización total de la fuerza de trabajo» tiende a acentuarse y supera ampliamente la del desempleo. En tercer lugar, incluso cuando las personas tienen un empleo, siguen existiendo deficiencias significativas en la calidad del trabajo. El trabajo decente tiene que ver con la adecuación de los salarios o de los ingresos del trabajo por cuenta propia, con el derecho a la seguridad del empleo y a un lugar de trabajo seguro y saludable, el acceso a la protección social, la oportunidad de expresar las propias opiniones y preocupaciones a través de un sindicato, una organización de empleadores u otro órgano representativo, así como con otros derechos fundamentales como la no discriminación. Los déficits en materia de trabajo decente son especialmente pronunciados en la economía informal, que registra las tasas más altas de pobreza entre los trabajadores y un elevado porcentaje de personas que trabajan por cuenta propia o de trabajadores familiares auxiliares que carecen de la protección adecuada. En cuarto lugar, prevalecen importantes desigualdades en el acceso al trabajo y en la calidad del mismo. Entre ellas se encuentran las principales líneas de segmentación entre los trabajadores, según su ubicación geográfica (entre países y entre trabajadores de zonas urbanas y rurales), sexo y edad. Además, los nuevos datos de la OIT sobre las rentas del trabajo (para todos los trabajadores, incluidos los autónomos) demuestran que la desigualdad de ingresos es mucho mayor de lo que se pensaba. |