| Resumen: |
Como los recursos no alcanzan para
ofrecer todos los servicios médicos a
todos quienes los necesitan, la provisión
necesariamente se restringe; es decir que
explícita o implícitamente se termina
decidiendo quiénes reciben qué servicios
y con qué recursos. Muchos países,
dentro y fuera de la región, siguen
valiéndose de mecanismos implícitos:
listas de espera, “dilución” de la calidad
de las prestaciones, negación de los
servicios en el punto de atención o
pagos de bolsillo elevados. Estos no
siempre privilegian a los grupos más
vulnerables, o a los temas de salud más
apremiantes.1 Por ello, algunos países
consideran al racionamiento implícito
poco equitativo y eficiente y han adoptado
planes de beneficios de salud que definen
explícitamente los servicios que serán
cubiertos con recursos públicos. |