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De Ghana a Alemania, de Sudáfrica a España… Las diferencias entre ricos y pobres están aumentando rápidamente. En 2013, siete de cada diez personas vivían en países donde la desigualdad era mayor que hace 30 años, y Oxfam ha calculado que, en 2014, tan sólo 85 personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad.
La desigualdad extrema corrompe la política y frena el crecimiento económico. Exacerba la desigualdad de género y causa diversos problemas sociales y sanitarios. Reduce la movilidad social, condenando a familias a seguir siendo pobres durante generaciones, mientras otras disfrutan de privilegios año tras año. Alimenta la criminalidad e incluso los conflictos violentos. Estas corrosivas consecuencias perjudican a todo el mundo, pero son las personas pobres las que sufren el mayor impacto.
Es hora de cambiar las reglas, y Oxfam presenta nuevas pruebas de que la brecha entre ricos y pobres sigue aumentando lo que supone un obstáculo para acabar con la pobreza en el mundo.
Este informe explora las causas que han provocado la crisis de desigualdad y plantea soluciones concretas para superarla. Basándose en estudios de caso de todo el mundo, el informe demuestra el impacto que la creciente desigualdad tiene sobre países ricos y pobres, y analiza las diversas estrategias que adoptan tanto las personas como los Gobiernos para responder ante ello.
El mundo está cansado de la brecha que separa a las personas ricas del resto, y exige unas reglas más justas. Este informe forma parte de una nueva campaña que se suma al creciente movimiento para acabar con la desigualdad extrema. Iguales. |