| Resumen: |
Durante las décadas recientes, y particularmente en la más cercana, como
resultado de la globalización y los cambios asociados a ella, América Latina evidenció
mayor polarización en las condiciones sociales y en los mercados de trabajo.
La heterogeneidad productiva, entre países, regiones y en el interior de los
mismos constituye cada vez más uno de los rasgos característicos de la región.
En ella conviven sectores de punta integrados al mercado global, con diversos
niveles tecnológicos, y un sector informal en el que se concentra el trabajo de los
grupos más pobres de la población, que también presenta heterogeneidades.
Mientras que una parte del creciente sector de servicios se halla asociado al sector
integrado, especialmente las comunicaciones y las nuevas tecnologías
informáticas, otra parte permanece con tecnologías tradicionales. Los años noventa
han mostrado con claridad en América Latina que el crecimiento económico
no viene linealmente vinculado a la mayor generación de empleo y a la ampliación
del bienestar de amplios sectores de la población, sino que puede darse
de manera paralela al aumento de las desigualdades sociales.
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