| Resumen: | El primer semestre de 2013 no ha sido un período fácil para América Latina y el Caribe. El bajo dinamismo de la economía
mundial afectó la demanda y los precios de las exportaciones de la región. Además, la política monetaria de varios de los
países desarrollados incidió en una mayor volatilidad de los mercados financieros y una creciente incertidumbre sobre los
futuros flujos de capital. Al mismo tiempo, se debilitó la demanda interna y el consumo de los hogares se expandió a tasas más
moderadas. En consecuencia, durante el primer semestre la economía regional creció solo alrededor de un 2,5% respecto del
mismo período del año anterior.
Este escaso dinamismo del producto regional redundó en una limitada demanda laboral, que se expresó a través de una
desaceleración de la generación de empleo, y en especial de empleo asalariado formal. Gracias a que también se atenuó el
incremento de la población económicamente activa, esta menor generación de empleo no se tradujo en un aumento de la tasa
de desempleo. |