| Resumen: |
El educativo es sin duda uno de los sectores con mayor poder de transformación. Pero generalmente
es también uno de los más difíciles de transformar. Por un lado, en la educación
convergen impactos económicos, políticos, de gobernabilidad, y un alcance que llega a prácticamente
todos los sectores y familias de la sociedad. Esto implica que cualquier cambio afecta la
vida cotidiana a gran escala y en la mayoría de los casos trastoca enormes intereses.
Por otro lado, no hay una receta única para mejorar la educación. A pesar de que se la reconoce
como un motor imprescindible de progreso, no se han podido identificar soluciones únicas
de rápida aplicación y resultados contundentes que permitan lograr avances inmediatos y duraderos
en los sistemas educativos.
En América Latina y el Caribe (ALC) la agenda educativa pasó a segundo plano durante
las últimas dos décadas del siglo XX (incluida la “década perdida” de 1990), cuando los temas
prioritarios fueron la recuperación del crecimiento y la estabilidad macroeconómica. |