| Resumen: |
El siglo XXI se enfrenta a dos desafíos muy concretos.
El primero es evitar el peligroso cambio climático
y el deterioro de los recursos naturales, que podrían socavar gravemente la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras. El segundo es asegurar que el desarrollo sostenible se apoye en tres dimensiones fundamentales: el crecimiento económico, la equidad social y la protección del medio ambiente.
La «economía verde» se ha convertido en un emblema de una economía y una sociedad más sostenibles, decididas a conservar el medio ambiente para las futuras generaciones y a garantizar a todas las personas y a todos los países unas condiciones más equitativas
e incluyentes. Como consecuencia, el avance hacia una «economía verde» que cree «empleos verdes» y «ecologice » las industrias, los procesos de producción y los empleos actuales, se ha convertido en un elemento clave para lograr un desarrollo social y económico medioambientalmente sostenible. En este contexto, la inclusión social, el desarrollo social y la protección del medio ambiente deberían estar estrechamente vinculados con unos lugares de trabajo más seguros y saludables, y con el trabajo decente para todos. |