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América Latina constituye una de las regiones más desiguales del mundo, situación que se ha mantenido relativamente estable en las últimas cuatro décadas. Al mismo tiempo, resultan significativas las brechas en términos educativos, entre los diversos grupos sociales, particularmente evidentes en lo que refiere a la continuidad en el sistema educativo y la finalización de los niveles. Esta situación plantea la necesidad de profundizar en el análisis de las desigualdades sociales. En el CUADERNO 11, Gabriela Itzcovich trabaja en este sentido, pero desde una perspectiva territorial, analizando el modo en que las desigualdades sociales se articulan con las distribuciones espaciales. Considerando que ambas dimensiones no siempre van de la mano, sino que existen diversas combinaciones posibles, se intenta diferenciar escenarios en los cuales las desigualdades sociales se expresan con proximidad, de aquellos en los que las desigualdades se combinan con distancia espacial, como un modo de aproximación a la problemática de la segregación espacial.
Se parte de entender a la segregación espacial como una distribución desigual de los grupos en el espacio, a través de la cual se desarrollan diferentes oportunidades de generación y apropiación de recursos. La pregunta más general apunta a entender cómo se articulan desigualdades sociales y distancias espaciales en los países de la región y qué "le aporta" la condición de segregación, a la situación de exclusión de los grupos más postergados. En términos de inclusión educativa, se intenta analizar si existe diferencia entre contextos en los cuales la exclusión social se combina con una mayor segregación espacial, respecto de aquellos contextos en los cuáles, aún en situación de carencia, se encuentran menos segregados espacialmente. |
