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De acuerdo con la prensa, entre Colombia y Venezuela hay entre 271 y 400 caminos irregulares. Esta alta cantidad de trochas y su reciente proliferación se exlican por dos aspectos de vital importancia. El primero es la exigencia de pasaporte para el ingreso de venezolanos a Colombia y el segundo es la dificultad para acceder a uno en el vecino país. La conjugación de ambos aspectos, sumado al cese de la expedición de las Tarjetas de Movilidad Fronteriza (TMF) obliga a la población venezolana sin este documento a buscar alternativas irregulares para su ingreso a Colombia.
Adicionalmente, el deterioro progresivo de la economía venezolana, la pérdida del poder adquisitivo, el desabastecimiento de productos básicos, entre otros, ha motivado una migración interna en Venezuela hacia las zonas de frontera. Este fenómeno, aunado a la persistencia de las barreras en el acceso a documento, explican por qué cada vez más venezolanos se interesan por las trochas.
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