Resumen
El “Programa Miguel Magone y Laura Vicuña”, desarrollado por la Fundación
Salvadoreña de Educación y Trabajo (EYTRA) y el Polígono Industrial Don Bosco,
atiende a jóvenes de escasos recursos en riesgo social, ex pandilleros o que han
tenido conflictos con la ley.
Lo hace con una propuesta que combina la educación formal y la capacitación
técnica-vocacional, incorporando el entrenamiento en empresas. Así, les entrega
herramientas para salir de la situación de extrema vulnerabilidad y exclusión,
generar ingresos y construir su futuro en el marco de la ley.
Para ingresar al programa, el/la joven, debe tener de entre 14 y 22 años de edad y
capacidad para socializar con los otros adolescentes, aspecto que se evalúa a
mediante pruebas psicológicas.
Además debe contar con algún familiar que se haga responsable de él o ella. En los
casos penitenciarios, se requiere un acuerdo entre las autoridades penitenciarias,
los jueces, los reclusos y sus padres o familiar responsable, para que el/la joven
pueda cumplir su condena en el programa y no en la cárcel.
Una vez admitido, el joven firma una carta de compromiso donde acepta las reglas
de la institución.
También se define el familiar que aportará la cuota mensual de ahorro establecida.
Esta es un capital semilla para iniciar una vida productiva al momento de egresar,
por ejemplo para montar su propia microempresa. El monto es bajo pero de gran
importancia simbólica, no solamente porque es un compromiso asumido por la
familia del joven que refuerza los vínculos, sino también porque educa en la cultura
del ahorro a personas que provienen de un medio donde ésta es desconocida.
Alrededor de un 80% de las familias logran cumplir este compromiso y quienes
tienen capacidad buscan padrinos, para que abonen un ahorro adicional a su
cuenta.
El internado cuenta con vivienda permanente de lunes a sábado, comida, estudios,
prácticas de taller (carpintería, electricidad, corte y confección y mecánica),
prácticas empresariales en las 10 empresas del Polígono Don Bosco, servicios
médicos y odontológicos, asistencia psicológica, facilidades deportivas. El fin de
semana lo pasan con sus familias para fortalecer los lazos familiares.
El modelo reconoce la educación como un derecho, toma en cuenta las necesidades
de los jóvenes y los educa desde y para la vida. Incorpora y fomenta en ellos la
vocación empresarial y asociativa, mostrándoles que pueden ser sus propios
empleadores y desarrollar microempresas. Las prácticas empresariales en el
Polígono enriquecen su proceso de capacitación en un oficio y la gestión de una
empresa. De esta manera logra una conexión efectiva entre educación, empresa y
desarrollo.
Durante el 2006 el programa atendió a 85 jóvenes internos y más de 500 externos.
El costo mensual por interno es de US-$ 180 por beneficiario.
El más importante de los muchos resultados alcanzados es que el 92% de los
egresados se encuentran trabajando y se han reinsertado adecuadamente a la
sociedad.
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