Proyecto: Alimentos nostálgicos mexicanos

Oaxaca es uno de los Estados mexicanos con más alto índice de pobreza y migración hacia los Estados Unidos de América. Este fenómeno ha ido feminizando la economía de las comunidades rurales. Las mujeres se quedan a cargo de las escasas actividades agrícolas y son las receptoras y administradoras de las remesas, que hoy en día han disminuido.

En este contexto, un grupo de productoras artesanales de nopal que vivía en la pobreza y recibía precios muy bajos por su producción en la huerta casera, deciden buscar un camino para romper con los intermediarios y vender directamente su producción en la capital de Oaxaca. Se acercan a la autoridad estatal a pedirle transporte. El gobierno decide, en lugar de un vehículo, entregarles ollas, envases de vidrio y estufas industriales para procesar el nopal. Argumenta que la mejor forma de evitar los precios bajos es agregar valor a los nopales, preparándolos en salmuera y escabeche. Adicionlamente, les facilita técnicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) para que las asesore en los procesos.

Por esta misma época, FUPROCA trabajaba con grupos de migrantes mexicanos en los Estados Unidos promoviendo la inversión en proyectos productivos que buscaban crear fuentes de empleo e ingreso en sus comunidades de origen. En estas reuniones surge la idea de apoyar el proyecto de las mujeres productoras de nopal de Ayoquezco. Muy rápidamente perciben que para viabilizar el negocio es indispensable incrementar el volumen de producción de nopal y su calidad, para lo cual cuentan con el acompañamiento de la Fundación.
La tecnificación exige la contratación de mano de obra para diferentes labores tales como el arado y el deshierbe, para lo cual utilizan parte de las remesas que reciben. Utilizando principios de la agricultura orgánica se logró un aumento significativo de la producción de nopal, y la certificación del mismo El siguiente reto era conseguir recursos para construir una planta de procesamiento, ya que hasta ese momento trabajaban en condiciones precarias en la casa de una de las socias.

FUPROCA realiza gestiones de recursos ante la Secretaria de Agricultura del Gobierno Federal quien aprueba el proyecto. A la fábrica se sumaron, como socios, la empresa de migrantes en California que se encargará de la exportación “Chapulín Distributors Inc.” y la Fundación, conformando una sociedad junto a las mujeres procesadoras de nopal organizadas comercialmente en la empresa Mujeres Envasadoras de Nopal de Ayoquezco (MENA).

Las mujeres han logrado convertir sus traspatios en una importante fuente de generación de ingresos con la producción del nopal orgánico evitando a los intermediarios, agregando valor a su producción y logrando niveles de calidad que permiten la exportación. La empresa, además de procesar el nopal, produce mole y chocolate, que también se exportan. Genera empleo en las áreas de producción y administración.

Cuenta con una gerente que dirige la empresa y una ingeniera en alimentos para el control de calidad y nuevos desarrollos de productos. Los migrantes también han logrado crear fuentes de empleo en los Estados Unidos. Los socios de Chapulín venden los productos para complementar sus ingresos a través de las "tiendas rodantes", que son personas con vehículos que distribuyen los productos en pequeños comercios y directamente en casas.

En México las productoras han salido de la pobreza, generan ingresos y ya no dependen exclusivamente de las remesas. En los Estados Unidos están aprovechando el amplio mercado de connacionales nostálgicos ávidos de consumir alimentos mexicanos.
Es más, hoy su trabajo en México se ha convertido en una fuente de divisas para migrantes que han invertido en su proyecto y además comercializan sus productos, se sienten seguras de si mismas y orgullosas de lo que han construido. Es un modelo de industrialización de una producción de traspatio que genera ingresos muy superiores a los de subsistencia, crea valor agregado y empleos, evita los intermediarios y hace posible la exportación.

Es aplicable no solo a productos “nostálgicos” sino en cualquier producción agropecuaria.