Proyecto:
Manejo y tratamiento de aguas residuales
Más que un programa, éste es un plan de desarrollo integral que surge de la
preocupación de la comunidad frente a la contaminación de las aguas del Lago San
Pablo y su interés por el tratamiento de las aguas residuales de la Parroquia de San
Rafael de la Laguna1, población ubicada en el Cantón Otavalo.
Con el apoyo de la ONG CEPCU, la Junta Parroquial (máxima autoridad de San
Rafael de la Laguna), y la participación en mingas de toda la comunidad, se
construyó la planta de tratamiento de aguas residuales que utiliza la lenteja
acuática y el lechugín como descontaminantes.
Las aguas, descontaminadas en un 90%, se usan para regar los totorales, materia
prima utilizada por la comunidad en la producción de artesanías. Se logra un
aumento significativo en la producción de totora. Las artesanías tradicionales
(esteras) ya no son suficientes para utilizar la totora de la zona.
Un grupo de la comunidad, organizado en un comité con el apoyo de otra ONG,
Fundación Alternativa, montó la empresa comunitaria Totora Sisa para producir
muebles, artesanías y papel de totora. Esta empresa reúne a 42 familias socias que
trabajan y ha logrado altos estándares de calidad, aplicando el ISO 9001-2000,
gracias a la capacitación que han recibido especialmente en diseño. Esto ha
permitido que la empresa en el año 2006, genere ingresos por US$ 22.000.
La lenteja acuática que se cultiva en las piscinas de descontaminación se vende
como abono natural, por ahora a la propia comunidad. El lechugín sirve de
alimento para cerdos y se está buscando montar una empresa que lo procese para
la producción estandarizada de alimento para animales.
Respecto al manejo de las aguas del Lago San Pablo, la comunidad decidió en
asamblea proteger las vertientes que alimentan el lago y evitar la erosión en las
zonas altas. Se creó la Asociación Inka Tocagón para reforestar las vertientes y
zonas altas, antes utilizadas para la producción agrícola, mediante esquejes que
toman de los árboles nativos que encuentran en su zona. La Asociación tiene un vivero de árboles nativos, Inka Tocagon que provee las plantas para la
reforestación y además genera ingresos para las familias socias a través de su
venta.
Para el cuidado de los totorales se creó la Asociación Bolsa Prenadilla, que trabaja
dos hectáreas de totora con manejo sustentable. Planean plantar hile, una variedad
más fina pero más fuerte, para elaborar artesanías de mejor calidad. En la zona hay
80 hectáreas de totora nativas y 20 hectáreas de totora cultivada y sin embargo,
dado el éxito de la empresa, Totora Sisa necesita más materia prima.
También fundaron la Asociación Rey Mola Cocha, un proyecto turístico que se
enmarca en el manejo sustentable del lago e incluye, entre otras cosas, la
construcción de un puerto para paseos en balsas de totora. Para ello han recibido
capacitación de las poblaciones de Puno vecinas al lago Titicaca, de Perú. Sus
integrantes se han capacitado también en gastronomía, primeros auxilios y
salvavidas.
Cada una de estas asociaciones es fundada en asambleas de la comunidad y a ellas
pueden ingresar las familias interesadas y los integrantes de las familias socias
trabajan en los programas. La presencia de mujeres en cargos directivos es
considerada muy importante. A modo de ejemplo, la presidenta de la Asociación
Bolsa Prenadilla es una mujer.
A juicio del Presidente de la Junta Parroquial, el fortalecimiento de la organización
comunitaria es uno de los grandes logros. Hoy se cuenta con un centenar de
dirigentes con visión progresista que se preparan, incluso académicamente, para
aportar al desarrollo de la Parroquia. La autoestima de la población ha aumentado,
se sienten orgullosos y preparados para construir una vida mejor para cada uno, su
familia y la comunidad. Ellos son un referente para otras comunidades.
Como se puede apreciar es un plan de desarrollo integral que ha generado mayores
ingresos y mejor calidad de vida para toda una comunidad. |