Programas de control social del gasto público detienen la corrupción
(21 septiembre 2010) En Maringá, ciudad brasileña de 400 mil habitantes, la sociedad civil enfrenta la corrupción. Ya ha ganado varias batallas. Un triunfo nada menor, dados los devastadores efectos de la corrupción, que según Naciones Unidas afectan más a los pobres por su menor capacidad para absorber sus costos.
La corrupción es considerada uno de los mayores obstáculos para el desarrollo. El Banco Mundial estima que ella puede reducir el crecimiento de un país entre 0,5 y 1 puntos porcentuales por año. El 23 de septiembre, en Bogotá, Colombia, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentará en el Cuarto encuentro de socialización de experiencias innovadoras de control social para la transparencia al Observatorio Social de Maringá, Brasil. El evento es organizado por CEPAL y Transparencia por Colombia para abrir el diálogo y visibilizar ejercicios de control social liderados por organizaciones sociales, comunitarias y por el sector privado en Colombia y Brasil.Sandra Morelli Rico, Contralora General de la República, Elisabeth Ungar, Directora Ejecutiva de la Corporación Transparencia por Colombia y Juan Carlos Ramírez, Director de la Oficina de la CEPAL en Colombia, inaugurarán la reunión. El Observatorio Social de Maringá ganó en 2009 el primer lugar del concurso Experiencias en Innovación Social, de CEPAL y la Fundación Kellogg, que identifica y difunde iniciativas de desarrollo social en salud comunitaria, educación, juventud, generación de ingresos, responsabilidad social y voluntariado. En 2000 el alcalde de Maringá robó 58 millones de dólares de las arcas municipales. El escándalo fue nacional y su autor terminó en la cárcel, pero la acción de la justicia no devolvió el dinero sustraído. Al descontento ciudadano se sumó la sensación de impotencia.Al poco tiempo surgió la unión que evitaría que las arcas fiscales volvieran a quedar vacías. Con ella nació un nuevo concepto de ciudadanía fiscal practicado por la sociedad organizada para monitorear las licitaciones públicas.En 2004, líderes de la ciudad fundaron la ONG Sociedad Éticamente Responsable, SER, para sensibilizar sobre la importancia de pagar impuestos y vigilar el destino de los recursos públicos. Dos años más tarde empresarios, académicos, funcionarios públicos, estudiantes, jueces, líderes religiosos y masones, contadores, jubilados, artistas, dieron vida al Observatorio Social de Maringá, una herramienta de control social que ahorró más de 7 millones de dólares en el período 2004-2008.La idea resultó tan efectiva que se han creado Observatorios Sociales en más de 50 ciudades brasileñas situadas en 8 Estados. La ciudadanía está empeñada en obligar a la transparencia en el uso de los recursos públicos municipales, acompañando el proceso de licitaciones con voluntarios desde su partida y en tiempo real, con ayuda del Internet y un software que facilita la tarea.En el Cuarto Encuentro, Transparencia por Colombia presentará dos proyectos nacionales que promueven la transparencia:
El Encuentro será transmitido en directo vía webcast.