Proyecto: Producción de truchas en lagunas y jaulas en el altiplano peruano

Es un programa promovido por la Asociación Pesquera “Flor de Yancacauha” Iniquilla Chullpia, conformada por pescadores de la comunidad. El objetivo de este proyecto es mejorar y mantener, en forma sostenible, los ingresos de las familias asociadas y la calidad de vida de la población de la zona, sobre la base del incremento de la producción de trucha en sus modalidades extensiva e intensiva.

La innovación de este proyecto consiste en la forma como se han organizado, las técnicas de producción desarrolladas y su capacidad de enfrentar creativamente las dificultades que tenían en el abastecimiento de la principal materia prima: los alevinos.

Es una experiencia totalmente autogestionada y autogenerada por los socios de la cooperativa, personas de muy escasos recursos que viven en el altiplano peruano, quienes han logrado desarrollar un sistema productivo adaptado a las condiciones de la zona, haciendo uso de los recursos locales y logrando excelentes resultados productivos y de comercialización. Cabe resaltar que hace unos 10 años, con apoyo del gobierno, se intentó un cultivo de truchas que fracasó debido, principalmente, al uso de tecnologías no adecuadas para la altura en que se desarrolla (4.000 metros sobre el nivel del mar). Este grupo de “industriales” de la trucha consiguió enfrentar con éxito el enorme reto, logrando desarrollar una tecnología propia que actualmente ya están transfiriendo al resto de la zona.

Las innovaciones técnicas que implementan son sencillas, pero a la vez decisivas para lograr optimizar la producción. Desarrollan alternativas viables que les permiten producir los alevinos de la trucha, materia prima que antes debían importar con todas las dificultades que este proceso tiene para los habitantes de zonas alejadas. Esta sustitución implica, además, una reducción muy significativa en los costos de producción, que les permite ser más competitivos en el mercado nacional. La clave para la producción de trucha en esa altura –4.000 metros sobre el nivel del mar– la encuentran en el tamaño del alevino. En altitudes inferiores, los alevinos se llevan a las lagunas cuando han alcanzado 5 centímetros de largo. Sin embargo, en el caso de este proyecto, las truchas se ponen en las lagunas cuando han alcanzado un tamaño de 10 centímetros, asegurando así los resultados esperados tanto en la producción como en la comercialización. Han llegado a este sistema a través de un trabajo mancomunado con los actores locales, sobre la base de aprendizajes progresivos que han sido adoptados por todos los socios y que han sistematizado de manera que hoy les es posible compartirlos y transferirlos a otras comunidades.

Hoy en día, la Asociación cuenta con una eficiente estructura administrativa que le ha permitido progresar y convertirse en una verdadera empresa. Tienen una Directiva conformada por socios elegidos en asamblea; y un Comité de Producción encargado del cuidado de los reproductores, la extracción de las ovas y la producción de alevinos. Para este proceso cuentan con el apoyo de una bióloga, contratada por la Asociación. Así mismo, han conformado un Comité de Comercialización, a cargo de la venta de los distintos productos (alevinos, trucha eviscerada y trucha ahumada); un Comité de Capacitación, que evalúa las necesidades de capacitación y hace las gestiones necesarias para desarrollarlas; un Comité de Obras y Construcciones, responsable de coordinar las obras que se requieren; y un Comité de Turismo que, con el apoyo del Programa Corredor Puno Cusco, promueve el turismo en la zona.

Por otra parte, desarrollan actividades que se podrían calificar como de responsabilidad social corporativa, como son aquellas que efectúan a través del Comité de Deportes y Cultura, encargado de promover actividades recreativas para los socios, sus familias y la comunidad en general; y del Comité de Transporte que, utilizando el bus adquirido por la Asociación, coordina los viajes de población de la zona para adquirir cereales y realizar trueques con otras comunidades, y lleva a los comuneros a Juliaca, donde pueden comprar a menor costo las mercancías que requieren. Por último, cuentan con un Comité de Fiscalización, que supervisa y asegura el cumplimiento de las tareas asignadas a los diferentes comités.

Los resultados de este proyecto hablan por sí solos: hoy venden alevinos a los campesinos de la zona. El ingreso anual por socio sin proyecto era de S/. 1,306, y a mediados del año 2006 llegaba a S/. 2,837